Una criatura mítica con cuerpo de hombre y cabeza de toro, es una figura legendaria de la mitología griega. Su historia está llena de tragedia, violencia y amor prohibido, convirtiéndolo en uno de los personajes más fascinantes y complejos de la mitología.
El Minotauro era hijo del rey Minos de Creta y de Pasifae, la reina. Su nacimiento fue el resultado de una terrible maldición impuesta por Poseidón, dios del mar, como castigo por una ofensa de Minos. Pasifae, consumida por una pasión antinatural hacia un toro blanco enviado por Poseidón, se unió a la bestia con la ayuda del inventor Dédalo. Fruto de esta unión nació el Minotauro, una criatura monstruosa con cuerpo humano y cabeza de toro.
Avergonzado por la apariencia de su hijo, Minos ordenó a Dédalo construir un laberinto infranqueable en las profundidades de su palacio para albergar al Minotauro. La bestia, encerrada en este laberinto de pasillos interminables, se alimentaba de carne humana, a la que Minos sacrificaba jóvenes atenienses como tributo por haber matado a su hijo Androgeo.
Para poner fin al terrible tributo, Teseo, el héroe ateniense, se ofreció como voluntario para entrar al laberinto y matar al Minotauro. Ariadna, hija de Minos, enamorada de Teseo, le entregó un ovillo de hilo mágico para que pudiera encontrar la salida del laberinto. Teseo, siguiendo el hilo, logró llegar al corazón del laberinto, donde confrontó y mató al Minotauro con su espada. Luego, gracias al hilo de Ariadna, pudo escapar del laberinto y regresar a Atenas victorioso.